hasta una enorme roca de Nayarit,
y allí en la cumbre
con el mar como testigo
puse mi boca en tu boca
y con mi lengua succioné tus palabras
y degusté tu voz.
Hurgué en tu interior
y saborié tus ideas,
recuerdos e inspiración.
Tu cuerpo desnudo
vibraba trémulo con el mío.
Mis manos se deslizaban por tu espalda
y las tuyas por las mías.
Tus alas de ninfa revoloteaban
queriendo alzar vuelo.
Pero mis manos bajaron
y estrujaron cadencioso tu cuerpo a mi cuerpo
y mi sexo tapó la explosión de tu volcán.
Tu torso se alejaba y el mio lo atraía,
una y una y otra vez
hasta que los dos explotamos
en un cósmico orgasmo
que perló nuestras frentes
con gotas de ambrosia
y llenó nuestros piernas
de magico tremor.
Los rostros sudorosos
se llenaron de arrebol.
Tu corazón hirviente
escribía mensajes
que tus turgentes pechos
escribían en el mío
a través de tu pezón.
Mi sexo dentro del tuyo
no quería separarse
y empezó en el instante
una pugna gigante
de entradas y salidas
que nos llevó de nuevo
a reventar los dos.
Las palabras salieron,
las ideas brotaron
y en la colina entera
se formó un manantial,
una mezcla de esperma,
de jugos de tu cuerpo
y el sudor de los dos.
© Saul Sanchez Toro
Fotografía: © Renelexxx
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