Hace algunos años ya
en las calles de mi barrio,
mi Manizales del alma,
encontré a un alma gemela
que declamaba poemas
de Rimbaud y Mallarme
de Verlaine y Baudelaire,
y se metía en sus mundos
navegando muy profundo
por su versar asombroso,
su mundo maravilloso.
Declamaba de memoria,
impactando mi cerebro
que se extasiaba en su voz,
y en el apropiar intenso
de los versos que sabía,
anegarían mi mar.
Baudelaire, si Baudelaire
llegaba hasta mis pasiones
tocaba mis emociones
y derretía mi ser.
Y ella con sus dos ojazos
miraba hacia el infinito
y desde el fondo de su alma
flechaba mi corazón.
@Saúl Sánchez Toro
Villa Hada
Villamaría, Caldas, Colombia
Diciembre 1 de 2016
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