Vinieron de Altamar en carabelas
buscando a Ophir y al lago del Dorado
y encontraron un mundo apaciguado
entregado ante el miedo, a las espuelas.
Empezaron así las corruptelas
y cambiaron lo que había sembrado
un pueblo laborioso, acostumbrado
a vivir en paz, sin sanguijuelas.
Llegaron a atropellar a sus mujeres,
las que obligaron a vivir de esclavas,
las mancillaron, las volvieron bravas,
forzándolas a pelear por sus quereres.
Gregoria Apaza y Bartolina Sisa,
la Gran Anacaona y su hija Higuenamota,
Micaela Bastidas, vieron la derrota
enfrentando a la muerte con sonrisa.
Mujeres consagradas, revestidas
del indomable sello americano,
se protegieron con saña del extraño
que las quería entregadas, sometidas.
Ana Tomasa Tito Condemayta,
y María Parado de Bellido
fueron guerreras de un mundo construido
para defenderles su legado.
Y Huatypán, llamada la Gaitana,
mujeres de la estirpe americana
que mostraron coraje muy unidas
para combatir de frente el coloniaje
que no fue libertad, sino un ultraje
que dejó a nuestra América caída.
Ventura Calamaqui y Juana Azurduy
Y la Malinche, esa gran persona
culta, sumisa, la gran querendona,
que Hernán Cortés tomó como un laurel,
son los ejemplos donde el macho yerra
convirtiendo a la América en la tierra
que querían dominar como a un corcel.
©️Saúl Sánchez Toro
Villa Hada
La Florida, Villamaría, Caldas
COLOMBIA
12 de octubre de 2021 Día de la Raza
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