Esto de volvernos viejos,
nos lo dicen los espejos,
mirándonos con reproche
mañanas, tardes y noches,
es algo que no comprendemos
a pesar que lo intentemos.
La luna…del viejo espejo
muestra a un anciano cansado
y le pregunta nostálgica:
¿Qué se hizo tu pasado?
¿Dónde está aquel mozalbete
que se veía garboso,
con ínfulas, impetuoso
y hoy solo veo a un vejete
derrotado y achacoso?.
¿Por qué me miras ahora
con lágrimas en los ojos
y me imploras de reojo
volver al joven galán,
al brioso, al Alazán,
al amoroso corcel de antaño
que aquí en este mismo cristal
y en este raído baño,
se arreglaba su corbata,
peinaba su cabellera,
otrora melena bruna
y hoy tan solo unos cadejos
de nieve que se derrumban,
mostrando a un viejo nevado
derritiéndose en el tiempo
dejando deformes sombras
de su glorioso pasado?.
El mostacho, ya se ha ido,
el garbo, se ha vuelto curvas
la frente, llena de arrugas
refleja tantas angustias
y muchos recuerdos idos
grabados como tatuajes
portadores de mensajes
en surcos incomprensibles.
¿Dime anciano derrotado,
dónde quedaron tus sueños
y tus ganas de volar?
¿Qué se hicieron aquellas alas,
esas de que hacías gala
te darían el progreso,
te permitirían triunfar?.
¿Dónde dejaste el coraje
del que te ufanabas siempre
te haría llegar a la cima
y ganarías la estima
para llegar a la gente?.
El espejo se calló...
Y el anciano... se alejó.
Solo quedó un gran suspiro
que en la pieza retumbó,
y en medio de un gran gemido
el viento…se lo llevó.
@Saúl Sánchez Toro
Villa Hada
La Florida, Villamaría, Caldas
Octubre 12 de 2019
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